A comienzos de abril les contamos acerca de la pronta publicación de PrensaTorias, un libro que iniciamos en plena pandemia junto a otros seis colegas comunicadores/as.
El libro será al fin una realidad luego de un proceso un tanto caótico (no es fácil coordinar entre tantos). Y ahora sí puedo contarles que Los puentes invisibles de alguna manera nació de PrensaTorias, aunque se publicó antes.
En la presentación oficial que posteamos el 8, titulada ‘Nuestro Libro’, hay un párrafo tomado del prólogo de Pato Jiménez que dice: “Ellos se han tomado el tiempo. Han disfrutado y sufrido, tejer palabras no es tan sencillo, al crear estos relatos. La diversidad que nos ofrecen podrían encontrarla maravillosa, o sorpresiva, o lo que quieran experimentar mientras leen estos mundos inventados, que pueden percibirse muy reales”.
Me interesa contarles lo que me pasó luego de leer PrensaTorias. Lo leí de punta a punta hace un mes, en la corrección previa a la prueba de imprenta, y de veras me gustó. Es entretenido, interesante, heterogéneo, con estilos muy diferentes resultado de seis personas distintas narrando sus historias. Con el plus de Tintoretto que dibujó cada cuento.
En las numerosas entrevistas que mis compañeros han dado en estas dos semanas (fueron muchas), hay quienes se quedan con la intriga de si tal o cual relato pasó dónde, le pasó a quién. ¿Eso fue en un telo de Río Gallegos?, le preguntaron a Ruth.
La confusión tiene sentido al tratarse de periodistas narrando historias. Pero digámoslo otra vez: son ficciones en casi todos los casos, con un puñado de excepciones de relatos verídicos, que son los menos.
Les decía que PrensaTorias de alguna manera hizo nacer Los puentes invisibles. Tiene sentido contarlo por lo siguiente: en 2018 trabajé una primera idea de un libro con Jorge Curinao, pero me quedé a mitad de camino por distintas razones. En 2020, cuando nació la idea de PrensaTorias, releí aquel gran compendio de escritos terminados (y por terminar) y de allí elegí los cuatro relatos míos que integran este nuevo libro. De aquella relectura de textos propios terminó renaciendo mi libro, que culminó en la publicación de Los puentes… a fines del año pasado.
Por esa razón, los cuatro relatos incluidos en PrensaTorias son parte de los cuarenta que componen mi libro. El valor adicional está dado en que los textos, ahora, están ilustrados por Tintoretto (con dos de los dibujos flashié mal al verlos por primera vez). Además, por supuesto, me da mucha alegría lograr un proyecto conjunto, un trabajo colectivo, donde pude poner en práctica los rudimentos del oficio aprendidos hace poco tiempo con mi propio libro.
Aunque tiene ficción y narración en primera persona, Los puentes invisibles se sostiene en lo periodístico: es «realista». En cambio PrensaTorias se sostiene definitivamente en la ficción.
Si les gusta leer cuentos, confío en que PrensaTorias entonces les va a gustar. A mí me gustó.
