Consejos de autoayuda

(INCLUYE TIPS PARA RIOGALLEGUENSES)

Advertencia: la foto ilustrativa es engañosa y quizá este texto no deba ser tomado en serio.

Hubo un solo año de mi vida en el que fui cinéfilo, hace cerca de una década atrás. Era un tiempo en el que, por una serie de circunstancias, estuve y me sentí muy solo. Putamente solo. Ese año, además de la enorme cantidad de películas que miré, también me hizo muy bien la música y las lecturas, aunque estas dos cosas ya venían en mí desde antes. Una vez había en casa una revista de literatura, que no sé cómo habrá llegado, allá por el año dos mil. Fue la primera revista propiamente literaria que leí. Recuerdo que Saramago decía, en una entrevista, algo así como que “siempre hay en la literatura algo que necesitamos para nuestras vidas”. Y quizá por las cosas que se despertaban en mí en ese momento, universidad mediante, aquella lectura primera de alguna forma quedó en mí impregnada, como varias de las películas que vi en el año señalado (Los paranoicos, Medianeras, Amorosa soledad, las tres argentinas, muy buenas; varias de Almodóvar y muchas más, pero tengo mala memoria para las películas, lamentablemente). La idea sacada en limpio sería: el arte no te va a salvar, te vas a salvar vos si acaso eso existe: salvarse (me gusta la canción de Leo García que dice en su estribillo “Nadie salva / Saber que nadie salva”). Pero no tengas dudas de que te va a acompañar y te va a hacer muy bien. Pasando en limpio (1) Por eso, fijate con qué te entretenés, prestá atención a tus “consumos culturales”, en el sentido amplio del término. Que no sean solo boludeces.

Cuesta un montón, por lo general, salir de los círculos viciosos que nos habitan. Cambiar algo de uno por lo general cuesta un montón: ¡muchísimo! No creo que haya una fórmula –no, no la hay–. Pero sí me he sentido mejor cuando he podido lograr salir de mi círculo vicioso y, de a poco, con cosas tal vez muy pequeñas, empezar a generar un círculo virtuoso. Algo así como que una cosa buena, aunque sea chiquita, si logramos darle bola, atenderla, sostenerla en el tiempo (tal vez ese “sostener” es apenas cuestión de unos días; unos días “limpios” de las cosas que te llevan a tu círculo vicioso), te llevará entonces a otra cosa buena. (2) La idea sacada en limpio sería: tratá de aguantar, de sostener esa pequeña cosa buena, que es buena porque es mejor para vos; una pequeña cosa buena llevará a otra pequeña cosa buena, que a su vez se va a relacionar con otra pequeñísima cosa también piola y así. Un pequeño círculo virtuoso que rompe con el vicioso.

Si no sos de Río Gallegos y pensás caminar en esta ciudad, siempre recomiendo –si es posible, si la vestimenta es acorde y si te da el presupuesto– caminar con zapatillas de montaña. ¡Posta! Me acostumbré a usar las mismas zapatillas que usamos para ir a Chaltén: zapas de montaña, de trekking. ¡Altas zapas! De muy buena suela, altas, impermeables, calentitas. Antes las comprábamos barato en la zona franca de Punta Arenas, ahora quién sabe. Entre 2014 y 2018, cuando estábamos inundados de aguas servidas, de mierda y de basura (todo esto es literal, cero exageración), era altamente riesgoso caminar en las calles y veredas con calzado normal. Y aunque la fachada del centro haya mejorado, se sigue caminando bastante igual de mal en buena parte de la ciudad. (3) La idea sacada en limpio sería: para caminar en Gallegos, mejor hacerlo con unas altas llantas.

Tratá de no ser un gil, menos un pelotudo o un forro (idea en proceso 4 work in progress).

*

ESTOS APUNTES son los primeros bocetos para un libro de autoayuda que pienso publicar en 2030, que tal vez se va a llamar “Cien consejos de la vida y de autoayuda para los giles que vivimos en Río Gallegos”. Quizá en ese año, dinámica del lenguaje mediante, en vez de “los giles” sea “les giles”, o el agregado “y las gilas”, se verá. Para eso y para los 96 puntos que me faltan, todavía hay tiempo.

POSDATA, aclaración necesaria: hace unos días estoy resguardado por lo que finalmente es covid, y la vedad que no me puedo quejar, la cosa es bastante llevadera; de aburrido nomás pensé en mi libro de autoayuda. No será esto el inicio de un círculo virtuoso, pero bué, es lo que hay.

Foto provisoria: hasta que esté la portada del libro, que vale aclarar que será el segundo en el tiempo por venir, una postal identificable como la del río es la que va.

Un atardecer en la ría de Río Gallegos, primeros días de enero, años atrás.
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