La imagen no me favorece (casi nunca), pero es de lo más viejito que encontré, en blanco y negro, de una charla con el estimado Claudio ‘Cacho’ Álvarez que salió publicada en su entrañable «Habladurías» de LU12 y La Opinión hace ya varios años (la foto tiene cerca de una década).
El estudio es el de FM Presencia, donde sin ser católicos (ni por asomo), en tiempos del obispo Romanín, ese hombre que se comprometió con la lucha social del 2007, nos llamaron y nos propusieron hacer un programa de radio de actualidad en el que abordáramos los temas como quisiéramos, pero haciéndonos cargo. Qué mejor propuesta para un periodista.
En esos años, por ejemplo, se cruzaban las monjas de la radio con los hombres que militaban la ley de matrimonio igualitario, o iban las trabajadoras de Las Casitas a defender su derecho a trabajar cuando las habían clausurado.
Me salen estas palabras como recuerdos, más que con espíritu auto-referencial. Hacer radio puede ser extraordinario y, si se la toma en serio, es un pequeño hecho creativo cotidiano que se disfruta mucho. Escucharla también puede ser extraordinario. Lamento, lo pienso en este momento, que haya periodistas o conductores que se tomen el hecho creativo con tan poca seriedad, casi en las antípodas, todos los días.
¡Viva la radio en sus primeros 100 años! No hay medio de comunicación más lindo.
Apuntes de la Realidad (y otras Ficciones) 