Después de 13 años, el renunciado gobernador en la crisis de 2007 representa al Ejecutivo en el Tribunal Disciplinario, un organismo que controla a quienes integran la administración pública. Su designación está en manos de la Cámara de Diputados, que debe prestar acuerdo.
¿Cuáles son las virtudes que vio Alicia Kirchner en este hombre que llegó a ser gobernador de Santa Cruz durante poco más de un año y que debió renunciar en medio de la crisis más grande que vivió el kirchnerismo en ésta, su ciudad de origen?
A comienzos de mes el gobierno publicó en el Boletín Oficial el Decreto 0113, con fecha 18 de diciembre de 2019, que establece: “DESÍGNASE ‘En Comisión’ a partir del día 10 de diciembre del 2019, en el cargo de Miembro Integrante en representación del Poder Ejecutivo Provincial, ante el Honorable Tribunal Disciplinario al señor Carlos Alberto SANCHO (Clase 1964 – D.N.I. Nº 16.986.970)”.
10 de diciembre de 2019: es el día en que la gobernadora inició oficialmente su segundo periodo al frente del Poder Ejecutivo, con mandato popular hasta diciembre de 2023.
En la sesión ordinaria del último jueves en Cámara de Diputados (la primera del año) ingresó una nota enviada por la gobernadora, fechada a mediados de febrero, “solicitando el ACUERDO de ese Alto Cuerpo para la designación del Sr. Carlos Alberto SANCHO”.
Esto significa que para que Sancho quede confirmado en el cargo, el gobierno necesita del acuerdo de la mayoría de los diputados (art. 119 de la Constitución Provincial).
La pregunta es si todos los diputados y diputadas del mayoritario bloque oficialista –el Frente de Todos– van a prestar acuerdo para su designación. En la sesión del último jueves, salvo en un par de votaciones puntuales, los diputados y diputadas del Frente votaron en bloque.

MEMORIA DE TIEMPOS VIOLENTOS
Carlos Sancho estuvo al frente de la gobernación de Santa Cruz entre el 14 de marzo de 2006 y el 10 de mayo de 2007. Vicegobernador del entonces gobernador Sergio Acevedo (fórmula elegida por el entonces presidente Néstor Kirchner), Acevedo renunció a su cargo una semana después del asesinato del policía Jorge Sayago en la localidad de Las Heras, ocurrido el 7 de febrero de 2006 durante un conflicto petrolero de características singulares que significó el quiebre traumático entre el líder y su mandatario provincial.
Sancho nunca fue un hombre de autonomía ni talento en términos políticos. Había llegado a ser concejal de Río Gallegos poco tiempo antes, en el periodo 1999-2003, cuando ocupó una banca por el oficialismo en una gestión municipal chapucera que no culminó su mandato: la de Héctor Aburto.
La virtud de Sancho siempre sería, en adelante, su total subordinación a los mandatos de Néstor Kirchner y algunos de sus allegados locales. Su falta de carácter, de sustancia política y de propia decisión marcaron el destino.
No es esto una cronología acabada de aquellos años complejos –sobre todo el 2007–, pero vale una breve reseña para refrescar la memoria: a Sancho lo rodeaban y frecuentaban personajes de la estirpe de Rudy Ulloa, el hijo mandadero de Kirchner ya convertido entonces en un exitoso empresario de medios gracias a la millonaria pauta publicitaria estatal.
En ese 2007 que empezaría con un paro de docentes, en una provincia donde no había Ley de Paritarias sino aumentos por decreto por un estado de emergencia económica con el que Kirchner gobernó de manera unilateral desde inicios de los ’90, el de Sancho era un gabinete que tenía de ministro de Gobierno a Daniel Varizat, aquel personaje gris que en agosto de ese año atropellaría a un grupo de manifestantes a bordo de su camioneta 4×4. El ministro de Economía era Juan Bontempo, el hombre que negaba de manera absurda las cada vez más concurridas movilizaciones callejeras por órdenes directas del presidente.
En 2007, Sancho terminó siendo una marioneta mal manejada a distancia mientras una verdadera pueblada acompañada de niños y abuelos ganaba las calles ya no sólo en reclamo de un salario digno y en blanco: la carpa de la dignidad, instalada durante meses enteros frente a la Casa de Gobierno rodeada de gendarmes tortugas, en una ciudad militarizada con escuelas custodiadas por policías y fuerzas federales, terminó por ser acaso la mayor interpelación social de la que fuimos capaces frente a ese poder entonces hegemónico y autoritario.
Semejante revuelta social fue demasiado para Sancho, un político mediocre que nunca comprendió la dimensión de lo que se vivía y que debió renunciar aquel 10 de mayo. El día anterior, 9 de mayo de 2007, la policía provincial –cuyo jefe respondía al presidente– reprimió de manera violenta una protesta de trabajadores municipales que marchaba rumbo a Casa de Gobierno.
El líder municipal de entonces, Pedro Biott, herido tras la represión de la policía provincial. Un hombre muestra a cámara las vainas servidas tras la intervención policial.
POR IMPERIO DE LAS MANOS
¿Qué sucederá al momento de votar la designación de Carlos Sancho en la próxima sesión de la Legislatura, a la luz de lo que este personaje sintetiza de aquel tiempo?
En cuanto a los apenas cuatro legisladores que integran el bloque opositor (Daniel Roquel, Javier Pérez Gallart, Nadia Ricci y Evaristo Ruiz), es de suponer su voto negativo.
Respecto de los 14 legisladores que acompañaron a la gobernadora en el sublema “Acuerdo Santacruceño” en la elección del año pasado, sería esperable que presten acuerdo acaso sin fisuras.
¿Votarán también sin reparos los 3 legisladores de SER Santa Cruz, el espacio político del petrolero Claudio Vidal que disputó la gobernación en agosto pasado? Ellos son José Luis Garrido de Río Gallegos, Hernán Elorrieta de Las Heras y Miguel Farías de Pico Truncado.
¿También lo harán alineados con el kirchnerismo puro los 3 legisladores de Nace una Esperanza, el espacio de Javier Belloni que también le disputó la gobernación a Alicia Kirchner? Ellos son Jorge Arabel de El Calafate, Laura Hindie de Río Gallegos y Juan Manuel Miñones también de la villa turística.
Es interesante conocer el siguiente procedimiento. Para este tipo de votaciones los legisladores tienen tres opciones: prestar acuerdo, no prestar acuerdo o abstenerse. A su vez, al momento de la votación, los legisladores deben manifestar su voto uno por uno a medida que son llamados por su nombre (esto es lo que se denomina votación nominal, lo contario a lo que sucede cuando votan todos al mismo tiempo). Lo más común es que los legisladores no emiten argumentos a la hora de prestar (o no) acuerdo, excepto cuando un diputado o diputada de la oposición manifiesta los motivos por los cuales decide rechazar una designación.

EL NUEVO OFICIO DE CARLOS
Además de Carlos Sancho, la gobernadora designó a otros dos miembros en representación del Ejecutivo en el Tribunal Disciplinario: ellas son Marisa del Carmen Oliva y Roxanna Karina Totino. Aunque sus designaciones también necesitan del acuerdo de la mayoría de los legisladores, ambas mujeres ya vienen ocupando el cargo en los últimos años.
En cuanto a sus funciones, la Constitución Provincial establece en su artículo 124: “Para la disciplina de la administración pública se organizará por ley un Tribunal Disciplinario. Ningún empleado público será declarado cesante ni exonerado sino por resolución de este Tribunal. Sus miembros serán nombrados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Cámara, salvo uno que lo será a propuesta del Partido Político que constituya la primera minoría en la Provincia”.
En lo específico, este Tribunal funciona bajo la Ley 1615, una norma sancionada en 1984 y que está en vías de ser modificada según se informó desde prensa de gobierno en diciembre pasado.
Si volvemos a la figura del funcionario que nos ocupa, los hechos marcan que toda persona que trabaje en la administración pública y cuyo desempeño deba ser puesto bajo la lupa del cumplimiento de las leyes vigentes, allí estará Carlos Sancho integrando el Tribunal que lo evalúa hasta emitir su veredicto.
EL LEGAJO DE SANCHO BAJO LA LUPA
A propósito, otra ley (N° 2376) también obliga a la gobernadora Kirchner a “elevar el Legajo Personal y documentación adjunta” de los funcionarios designados para el Tribunal. En la nota firmada por la gobernadora con destino a la Legislatura dice, precisamente, que se adjuntó esta documentación.
Según esta ley allí deben figurar: a)- Datos personales; b)- Certificado policial de antecedentes; c)- Informe del Registro Nacional de Reincidentes; d)- Para el caso de que la función requiera título habilitante, fotocopia autenticada del mismo; e)- En caso de haberse desempeñado el postulante en el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial de la Provincia, copia del legajo personal y antecedentes de los cuerpos disciplinarios pertinentes, incluidas las causas pendientes y/o denuncias sin tratamiento.
Importante aclaración: este cronista no tuvo aún en sus manos el legajo en cuestión.
Pero mientras buscaba en Internet imágenes de archivo que pudieran ilustrar esta nota, encontré una publicación de mediados de 2018, de Opi Santa Cruz, titulada: “Carlos Sancho, procesado por delitos de corrupción fue nombrado ñoqui en la Cámara de Diputados de la provincia”.
La publicación detalla que Sancho fue designado como asesor del bloque kirchnerista a comienzos de 2018 y, respecto de las causas judiciales por presuntos delitos de corrupción, refiere a la vinculación comercial de Sancho con la familia Kirchner a través de la inmobiliaria Sancho, Sanfelice & Asociados.

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No hace falta ser detective ni lector anti-K de La Corpo para saber, en este pueblo, que los negocios inmobiliarios (y de otros rubros) de la constelación kirchnerista han crecido al calor del poder a lo largo de hace ya tantos años.
Aunque este cierre de nota sea quizá más personal y subjetivo de lo recomendable para las pretensiones del periodismo sobrio y de formas objetivas, el asunto de la corrupción, de los negocios, de la sartén por el mango, me aburren hace ya largo tiempo en un país donde la justicia es parte necesaria del entramado de poder (poder K, poder M, poder X según las circunstancias y la época), y donde la corrupción se ha convertido, como tema, en la dosis diaria de comidilla emocional y de distracción para atacar al enemigo y justificar a los propios según el bando de disputa.
Aún así y a pesar de ese hartazgo, sí desearía que 2007 fuera cierto límite para el poder político conservador de todos estos años, así sea para cuidar ciertas formas.
Por el contrario, Carlos Sancho en un Tribunal Disciplinario evaluando el desempeño de la administración pública resulta patético y caricaturesco antes que conservador.
Status quo berreta. De cartón.
“Dios guarde a Vuestra Honorabilidad”, se despide la gobernadora en el escrito dirigido a la Cámara de Diputados. El bloque mayoritario del Frente de Todos tiene en sus manos la decisión final.

muy buena nota leandro. Pero como ya se sabe y siempre lo dije, en el gobierno k, ningún funcionario decide, todos reciben ordenes, no importa que tu inteligencia este varios puntos arriba de la de Sancho. Todos cuidan sus quintitas y la lealtad sin cuestionamientos vale oro para los k. es la condición necesaria para vivir panza arriba y no tener problemas de billetera.
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