Ana fue obligada a exiliarse cuando tenía 15 años junto a su padre, Osvaldo Bayer, y toda su familia, en octubre de 1974, el mismo año en que se filmó ‘La Patagonia Rebelde’. Para entonces, Osvaldo ya había publicado tres de los cuatro tomos de la investigación sobre los cientos de fusilados en Santa Cruz en 1921. Aunque vino muchas veces a la Argentina –a Buenos Aires, al ‘Tugurio’– no había regresado al sur desde la filmación de la película. Ana vive hace más de 30 años en Italia.
Isabel, la hija del ‘Gallego’ Soto, el líder de aquella huelga valiente y trágica en una Santa Cruz inhóspita, pudo conocer la historia de su padre a partir de la obra de Osvaldo, quien llegó hasta la puerta de su casa a fines de los ’60 buscando conocer quién había sido el ‘Gallego’, fallecido pocos años antes. Isabel supo entonces quién fue su padre, un comerciante de Punta Arenas que había tenido una vida muy diferente a la que ella vivió junto al ‘Gallego’.
Ana e Isabel se conocieron unos años después, en 1974, durante una pausa en la filmación de ‘La Patagonia Rebelde’, pero no volverían a verse hasta ayer, cuando pudieron reencontrarse en Río Gallegos después de cuarenta y cinco años. “Nuestros padres nos dejaron mucha historia”, reflexionó Ana hace un par de días cuando piso el suelo de nuestra ciudad.
En torno a esa historia, la personal, íntima y familiar, que también es la historia de decenas de familias en Santa Cruz; y alrededor de esa otra Historia, la de la injusticia de los obreros fusilados hace casi un siglo –y qué debemos hacer nosotros frente a eso–, transitamos estos días de compromiso y emoción.

A propósito de las extraordinarias ‘Jornadas por la Huelgas de 1921’ desarrolladas a comienzos de diciembre. Escrito 2, posteado en mi cuenta de Facebook el 6 de diciembre.