Nota escrita para http://www.elrompehielos.com.ar, publicada el 24 de octubre, en vísperas de las elecciones.
Opinión. En la primera entrega publicada ayer decía que la ciudad necesita un intendente ejemplar. Lo necesitamos con urgencia.
Retomo la idea central de ese texto, que en tal caso invito a leer: la ciudad necesita un jefe comunal que sea en algún sentido ejemplar: una persona que sea la primera en personificar las ideas, los valores y las conductas que la ciudad necesita para salir adelante en tantos aspectos en los que estamos estancados.
En esta segunda parte quiero referirme a un tema ya abordado por EL ROMPEHIELOS a lo largo del año y que es otro de los asuntos preocupantes cuando pensamos en el futuro –en el presente– de la ciudad, lo que nos lleva a pensar en los desafíos que esperan al próximo intendente, o intendenta.
Tesis: el próximo jefe comunal debería trabajar seriamente en detener la mancha que se sigue expandiendo de manera caótica en la ciudad. Una mancha que se expande en sus afueras, hacia las enormes periferias.
Que esto suceda –que la ciudad deje de ser una periferia cada vez más precaria– también dependerá de las políticas del gobierno provincial. Sin dudas.
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–¿Me parece a mí o en esta elección no se entregaron tantos terrenos como en 2015?
–No sabría decirte con exactitud, pero en 2015 se entregaban terrenos como caramelos.
LA MANCHA
En noviembre del año pasado el área de prensa del municipio difundió un comunicado titulado “Cómo remediamos ‘la mancha urbana’ que es Río Gallegos”. Allídos profesionales formadas en desarrollo urbano y a su vez vinculadas a la gestión pública municipal son elocuentes: “en base a nuestros estudios de territorio pudimos ver que el problema que tiene nuestra ciudad capital es el extenso e ilimitado crecimiento en forma de mancha, es decir, sin una planificación. La urbanización se extendió ‘desparramada’ y sin contar con infraestructura acorde, lo que genera problemas que con el paso del tiempo se hacen insostenibles, tanto para el usuario como para el Estado”, relata la arquitecta Magdalena Vacca.
Ariadna Giménez, también arquitecta, relata en ese artículo que “existen muchos casos en los que decisiones relevantes se tomaron en cinco minutos; y con el paso del tiempo se pueden ver las consecuencias de no haber hecho un estudio preliminar y minucioso”. La profesional habla de la necesidad de “divulgar el resultado de la investigación, que llevó años de trabajo, para que entre todos tomemos las mejores decisiones en aras del desarrollo de nuestra ciudad”.
Vale decir que en el segundo semestre del año pasado, primero en la ex confitería Mónaco y luego en la denominada Sala Futura de la Municipalidad, estas profesionales abrieron espacios de participación para divulgar su trabajo y llamar la atención de distintos actores de la comunidad. Allí estuvo, entre otros, el intendente saliente.
Subrayo y suscribo a la arquitecta Giménez: para que entre todos tomemos las mejores decisiones en aras del desarrollo de nuestra ciudad.
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–Decisiones importantes en cinco minutos. ¡Por favor!
–No te digo yo que entregan terrenos como caramelos. ¿No viste el acto de Provincia de entrega de ‘certificados de posesión de terrenos’ antes de las elecciones de agosto? Eso sin contar que la política de tierras del Municipio está desde hace siglos en una nebulosa que cada dos por tres despierta dudas. ¿Te enteraste de los terrenos en El Faro?
EL ARCHIVO
–A ver si comprendí bien. Para empezar a darle una solución a las inundaciones se debe dar una combinación que consiste en, por un lado, hacer obras de infraestructura donde no las hay y, por el otro, no dejar de hacer planificación de cara a lo que viene. Cualquiera de las dos cosas que falle seguiremos con el mismo problema…
–Exactamente.
Este fragmento de archivo es valioso para comprender mejor la magnitud del asunto. Quien responde es la licenciada Alicia Cáceres, docente e investigadora de la UNPA que sigue la problemática del desarrollo urbano de Río Gallegos desde hace más de tres décadas.
En una nota de este cronista, titulada “Nuestra ciudad está arriba del agua”, acerca de cómo resolver el problema de las inundaciones, la especialista en desarrollo urbano aporta importantes definiciones:
ROMPEHIELOS: ¿La falta de planificación sigue siendo un hecho?
Cáceres: Sí. Creo que la planificación es parcial, es por sectores y falta una planificación integral. Insisto y voy a seguir insistiendo, aunque sé que decir esto me va a traer dolores de cabeza: la falta de una buena relación entre provincia y municipio afectan. Porque se debe planificar una ciudad donde todas las jurisdicciones tienen que opinar pensando en el bien de la ciudad y no pensando en a qué jurisdicción le pertenecen. Y eso es lo que se ve y es lo que se nota.
Dos definiciones más de la licenciada Cáceres en aquella entrevista: “El crecimiento de la ciudad no ha sido acompañado por las obras de infraestructura que Río Gallegos necesita”. “Por ejemplo, yo no estoy de acuerdo que se amplíe el ejido urbano sin propuestas de planificación previa. Se permiten barrios, se permiten loteos y no se controla”.
CAMBIAR LA CABEZA
Pocas cosas parecen más difíciles que cambiar hábitos y costumbres arraigadas. ¿Cómo lograrlo en una comunidad?
¿Cuáles son los engranajes que activan el click por el cual un grupo de –supongamos– dirigentes políticos empiezan a cambiar ideas viejas, vetustas y viciadas por otras que tuercen el rumbo en el sentido que necesitamos para la ciudad? ¿Dónde está la llave de los tan mentados cambios culturales?
ROMPEHIELOS: ¿Qué expectativa tiene respecto de que, a futuro, se planifiquen el crecimiento y las obras? No son pocos los que plantean la necesidad de un cambio de tipo cultural, esto es, un cambio de mentalidad y en la manera de hacer las cosas.
“Coincido totalmente, y sabés qué siento, que estamos a años luz de hacer eso”. Quien responde en este caso es la directora de Obras Públicas de la Municipalidad, ingeniera civil Paola De Gaetano, también entrevistada en abril pasado para la nota “Gallegos, esa ciudad que se inunda cada vez que llueve”.
La ingeniera a cargo desde el municipio de la obra pluvio-cloacal de la Cuenca Sarmiento explica: “yo soy técnica más allá de que mi cargo es un cargo político, como parte de esta gestión del intendente. Pero la verdad que a veces es frustrante, terminan haciendo lo que quieren”. Así describe su relación con áreas y funcionarios provinciales a la hora de discutir obras puntuales que involucran el espacio público de Río Gallegos.
NI MESÍAS NI ILUMINADOS
En el primer artículo publicado ayer, acerca del deseo y la necesidad de un intendente ejemplar –qué bueno sería tener esa suerte–, hacía referencia también al trabajo colectivo.
Está claro que es nuestra cultura política, esa que fuimos construyendo por varias generaciones, la que nos trajo hasta acá.
Si uno supone o imagina que la periferia es un espacio lleno de necesidades, de escasez y de dificultades, hay que decir que el centro histórico de la ciudad se ha vuelto en ese sentido periférico, lleno de precariedades. Y esta periferia acontece en el centro mientras la periferia de los márgenes se sigue ensanchando, continúa en expansión.
Por eso es urgente trabajar en pos de lograr un límite. Detener el proceso.
Decíamos que los denominados cambios culturales llevan tiempo. Sin dudas. Pero más allá de las dificultades que implica pensar en esos cambios de ideas y de conductas, no tengo dudas acerca de una de las claves. Tal vez, una de las llaves.
Se trata de tener decisión política. Y al ser nuestra ciudad además una capital de provincia, centro administrativo y burocrático también del gobierno provincial, se añade otro desafío: lograr acuerdos ciertos y trabajos conjuntos entre autoridades locales y provinciales.
A manera de cierre de un tema complejo que se expande en sus implicancias, quiero subrayar una idea: deberían ser muy tenidas en cuenta las voces autorizadas de profesionales y especialistas, como –por ejemplo– los citados en esta nota.
Porque no existe un mesías. Deberíamos apostar por el trabajo colectivo. Aquello que solemos llamar participación democrática.